sábado, 5 de abril de 2014

W.H. AUDEN: La ley como el amor




La Ley, dicen los jardineros, es el sol,
la Ley es aquello
que todos los jardineros obedecen mañana, ayer, hoy.
rezongan lánguidos los abuelos impotentes;
los nietos sacan una lengua atiplada,
la Ley es la razón de la juventud.
explicándose ante una congregación impía,
la Ley es las palabras en mi piadoso libro,
la Ley es mi púlpito y mi campanario.
hablando con claridad y suma dureza,
la Ley es como ya os dije,
la Ley es como, supongo, sabéis es
la Ley, pero dejadme que os lo explique otra vez,
Sin embargo, los eruditos cumplidores de la ley escriben:
la Ley no acierta ni se equivoca,
la Ley no es más que crímenes
castigados por lugares y épocas,
la Ley es la ropa que llevan los hombres
en cualquier momento, en cualquier lugar,
la ley es Buenos Días y Buenas Noches.
otros dicen, la Ley es nuestro Estado;
otros dicen, otros dicen
la Ley ya no existe,
la Ley ha desaparecido.
muy furiosa y muy vociferante,
la Ley somos nosotros,
y siempre el débil idiota débilmente Yo.
que ellos sobre la Ley,
si yo no sé más que tú
qué deberíamos y no deberíamos hacer
salvo que todos aceptamos
de buen grado o por fuerza
que la Ley es
y que todos lo sabemos,
si por tanto pensando que es absurdo
identificar la Ley con otra palabra,
a diferencia de tantos hombres
no puedo decir que la Ley es otra vez,
no más que ellos podemos sofocar
el deseo universal de descubrir
o zafarnos de nuestra propia situación
hacia una condición indiferente.
tu vanidad y la mía
a expresar tímidamente
una tímida similitud,
alardearemos de todos modos:
como el amor, digo yo.
como el amor que no podemos imponer ni abandonar,
como el amor que a menudo lloramos,
como el amor que rara vez conservamos.
La Ley es la sabiduría de los viejos,
La Ley, dice el sacerdote con mirada piadosa,
La Ley, dice el juez con su mirada de menosprecio,
la Ley es La Ley.
Otros dicen, la Ley es nuestro Destino;
Y siempre la muchedumbre furiosa y vociferante,
Si nosotros, cariño, sabemos que no sabemos más
Aunque al menos puedo limitar


Como el amor que no sabemos dónde o por qué.